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Confianza, posicionamiento, imagen… Esos son algunos de los beneficios que te reporta, como empresario, disponer de un blog corporativo. Sin embargo, muchos se preguntan aún acerca de la utilidad de esta potente herramienta.

A los que estamos metidos en el mundo del marketing en internet nos parece elemental que las empresas tengan un blog. Sin embargo, la pregunta recurrente de nuestros clientes es “¿Para qué me sirve?”. Trataremos de resumirte las razones

 

Para una empresa, tener un blog corporativo implica multitud de beneficios que podríamos clasificar en dos bloques:

♦Ventajas para visualizar nuestro propio negocio

♦Ventajas en la relación con nuestros clientes

En el primer bloque, englobaríamos aspectos más técnicos. El blog mantiene tu página web dinámica, en el sentido de que continuamente se la está dotando de contenidos. Esto facilita el posicionamiento de la misma… Como otras aacciones.

Así, redunda en el posicionamiento el hecho de que, al interactuar on nuestro público, y crear contenido útil y de calidad, provocaremos que éstos lo compartan en redes sociales, en sus propios blogs… Generando así más tráfico. En consecuencia, todo esto va a significar más visibilidad.

En cuanto a las ventajas respecto a los clientes, en cuanto lleves un tiempo con tu blog en funcionamiento te darás cuenta de que se va a convertir, probablemente, en tu mejor comercial. Esto es así porque, en el momento en que un internauta puede interactuar con tu empresa, ya está siendo consciente de que “del otro lado de la pantalla” hay una persona de carne y hueso, dispuesta a prestarle atención. El concepto de empresa como “ente abstracto” se diluye para dar paso a lo humano. Así, el blog va a servir para “vender” la cara más amable, más cercana y más útil de tu empresa, pero también para que sea esa empresa “humanizada” quien explique al público lo que haces, lo que vendes, tus éxitos y tu filosofía.

Al mismo tiempo, todo esto genera confianza tanto entre los empleados y proveedores como entre los clientes: tu empresa no sólo no tiene nada que ocultar, sino que fomenta la transparencia al hacer públicas sus informaciones y opiniones sobre diferentes temas, y al exponerse a la opinión pública.

Por último, el hecho de tener un blog redunda en la imagen de marca, no sólo porque la potencia, sino porque, además, la cuida. Siempre, claro está, que nos preocupemos de que el diseño sea acorde a la calidad que queremos vender.

 

Tengo una empresa. Quiero parecer innovador, y me creo una paginita en Internet. Ya cumplí. Este planteamiento es totalmente erróneo, aunque muy común. Hoy día, no basta con tener una web. Es importante el qué pero también el cómo. Aquí te explicamos por qué.

Aunque el nacimiento de las web se remonta estrictamente a 1990, y su uso público a 1993, todos tenemos la sensación de que Internet existe “desde siempre”. Esto se debe a la rapidez con que se mueven las nuevas tecnologías, y es, justamente, esa misma rapidez, la que hace que lo que ayer valía, hoy no sea suficiente.

Las administraciones –todas, desde las europeas hasta las locales– han hecho un gran hincapié, en los últimos años, en la necesidad de que las empresas cuenten con páginas web. Fue casi una obsesión que ha dado sus frutos… Pero, al igual que sucede con éstos, y por continuar la metáfora, no es lo mismo una fresa de invernadero que un fresón cultivado con esmero bajo el sol de Andalucía. Por eso, nos encontramos con que en España, el 75% de las empresas cuentan con página web corporativa, un porcentaje superior al de Italia o Francia… Pero, ¿son útiles sus webs? En muchos casos, tenemos nuestras dudas. En una web, como en todo, la calidad es fundamental. Y su peso, a la hora de obtener resultados, es cada vez mayor.

Exito-en-internetComo empresario, lo primero que debes preguntarte es “¿Para qué quiero yo estar en internet?” Las respuestas pueden ser variadas pero, sin duda, se podrían, todas ellas, resumir en un objetivo: vender. Toda acción de marketing persigue el éxito del negocio, y éste se mide en beneficios.

La página web no deja de ser tu escaparate. Y, como todo escaparate, necesita visibilidad. No puedes pretender que la gente aterrice en tu web porque sí. Primero, debe conocer tu existencia y lo que haces; segundo, debe llegar a ti fácilmente; y, tercero, debe encontrar allí lo que busca, satisfacer sus expectativas. Es decir: tu web debe ser un escaparate visible, bonito y claro, que no conduzca a confusión.

De ahí la importancia cada vez mayor que se da a los contenidos, entendiendo, por estos, tanto textos como fotografía. Unos y otros son cada vez más valorados por los buscadores, pero no se trata de algo caprichoso, sino que responde, realmente, a que también es el contenido lo que retiene a quien visite tu web o, por el contrario, les haga huir. Pensad en vuestras propias experiencias: ¿No resulta, cuando menos, desalentador, llegar a una página buscando algo determinado y encontrarte algo que no tenga que ver, o que sea confuso, o desordenado?

Por lo tanto, debemos cuidar el contenido de nuestra web, no sólo para que sea de calidad, sino también –y sobre todo– para que sea único. En Internet no valen las camisetas de los grandes almacenes; sólo las camisas a medida. Si eres uno “del montón”, Google te colocará con los del “montón”. Si eres diferente y único, estarás donde quieres estar.

En próximas entradas hablaremos sobre en qué consiste esa originalidad de los contenidos, y cómo se pueden complementar con otras herramientas del marketing digital.

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