Es muy frecuente encontrarse empresas, de todos los tamaños –pero, sobre todo, pequeñas–, obsesionadas por tener en Facebook cuantos más seguidores, mejor. Sin embargo, el “y tú más”, en esta red social, puede ser un error. Y os explicamos por qué.

Imagínate que tienes una tienda. Subes la persiana cada mañana, con la clara intención de vender. De pronto, la tienda empieza a llenarse de gente. Entran y salen, te dicen que es precioso todo lo que vendes. A las 20.00 horas, han pasado por tu local 10.000 personas. Haces caja, y sólo dos te han comprado. ¡Vaya un negocio! Una ruina, más bien. Entonces, ¿por qué en Facebook te obsesionas con que te sigan miles de personas? ¿No es mejor que lo hagan pocas pero que todas y cada una sean clientes reales o potenciales?

Si muchos profesionales ya teníamos claro que la calidad prima sobre la cantidad en Facebook, con los últimos cambios introducidos por la red social en su algoritmo, ha quedado en evidencia que ya no es una preferencia, sino una obligación. Y es que, desde el pasado abril, te pueden penalizar por lo contrario.

¿Cómo que me pueden penalizar?

Fácil. Si tienes muchos seguidores, pero muy pocos interactuan, casi seguro que gran parte de tus fans sean falsos. Con independencia de si Facebook “descubre” ese fraude, lo que sí detecta –no lo dudes– es ese bajo nivel de interacción, e inmediatamente lo interpreta como que tu contenido no interesa, es decir, es de poca calidad y, por lo tanto, te penaliza, haciendo que cada vez aparezca menos en el timeline (“muro”) de tus seguidores “reales” –los de carne y hueso–.

Para Facebook, una interacción se considera buena a partir del 10%, y aceptable a partir del 2%. Menos de eso, es un fracaso. O sea, si tienes 30.000 seguidores, tendrían que interactuar –darle “Me Gusta”, comentar o compartir– al menos 600 personas; y para que fuese buena, 3.000… Es evidente que no estamos hablando de multinacionales, ni de grandes empresas, sino de pymes. Y un pequeño negocio local, de una localidad de 200.000 habitantes, seamos realistas, no puede pretender conseguir 30.000 fans “reales”, ya que eso significaría que la sexta parte del pueblo le sigue… Algo imposible si tenemos en cuenta que aproximadamente el 43% de la población española es usuaria de esta red social .

Otro tanto sucede si te obsesionas por actualizar tu Facebook diez veces al día. Esa saturación ahora es también penalizada por Facebook. Nunca debe confundirse periodicidad con frecuencia. Las publicaciones deben realizarse periódicamente –no debes dejar “morir” tu fanpage–, pero no “acoses” a tus fans, o te abandonarán.

Pero lo peor, sin duda, es quienes, en su afán de captar “seguidores”, crean un perfil de persona para su empresa, y luego les va pidiendo que se pasen a la página… (Este tema, que trataremos en otra entrada en breve, puede tener consecuencias irremediables. Puedes perder todo: perfil y página).

¿Cómo actúo entonces?Consejos Facebook

Si quieres sacar partido a las redes sociales de cara a tu negocio, hay varias reglas de oro que debes respetar. La primera, sin duda, es tener una estrategia. La improvisación, en Facebook, como en cualquier faceta de tu negocio, es mala, y siempre te va a hacer perder dinero. Una estrategia –que tampoco, dejémoslo claro, es un corsé– te va a servir como hoja de ruta, a la hora de dinamizar tu Facebook con las publicaciones más adecuadas.

Lo ideal es que dejes esa estrategia en manos de profesionales. Pero, en cualquier caso, te adelantamos que, al igual que hay comportamientos que son penalizados, hay otras prácticas que son premiadas, y que te resumimos:

  • Sé creativo. Si tu contenido es único, original, ingenioso, Facebook lo va a detectar, y comenzará a publicarlo con más frecuencia en los muros de tus seguidores
  • Transmite calidad. No publiques cualquier cosa ni de cualquier manera. La calidad de las imágenes (del contenido de éstas) y la calidad de los textos es importante. ¡Cuida tu ortografía!
  • El tamaño importa. Y mucho. No vale cualquier tamaño de imagen para publicar en Facebook. Hay unos tamaños estandarizados, en la mayor parte de los casos, cuadrados u horizontales. Si tienes una imagen maravillosa pero vertical, no la publiques. El efecto es antiestético. Para los textos, pasa exactamente lo mismo: al revés que lo que sucede en Google, aquí se premia la brevedad de los textos (sin caer en títulos facilones): los textos por debajo de 100 caracteres tienen mejor aceptación, si bien depende del sector.
  • Experimenta. No te cortes a la hora de probar cosas.  Dentro de unos límites, claro. Lo que le funciona al del negocio de enfrente, no tiene por qué coincidir con lo que te funcione a ti.
  • Implica a tu público. Realiza publicaciones en las que les preguntes directamente, pídeles opinión, interactúa con ellos… Fidelízalos si son clientes. Atráelos si aún no lo son, con promociones exclusivas para ellos por ser tus seguidores…
  • JAMÁS ignores ni borres una crítica. Si alguien enfadado localiza tu página para dejar una crítica, trata de calmarlo, interésate sobre el motivo de su enfado, y dale una solución. Si lo ignoras o lo borras, su enfado irá creciendo y acabará publicando contra ti en cualquier otro lugar, y transmitirá una pésima opinión sobre ti a muchos de tus posibles clientes. (Evidentemente, no estamos contando aquí los insultos… Para estos, en concreto, te recomendamos activar el “filtro de groserías” de Facebook)
  • Mantén una periodicidad. Es difícil, y hasta osado, decir cuál es la periodicidad óptima para publicar, pues va a depender mucho de tu sector y de tu tipo de público… Pero una frecuencia inferior a dos publicaciones semanales está abocada al fracaso.
  • Usa Hashtag (#) y emojis pero… ¡No te pases! Está bien “alegrar” los textos con emojis y ayudar a posicionarlos con hashtag. Pero ten cuidado. Los primeros, no están pensados para Facebook. Sólo algunos son compatibles. Y resulta bastante desagradable encontrarte, por ejemplo, una “mano” azul y al lado un “cuadrado marrón”… Facebook no es whatsapp. Los hashtag están bien, pero esto no es ni Twitter ni Instagram. Uno (dos, a lo sumo) es suficiente.

En resumen: muestra calidad y olvídate de la cantidad. Llega a tu cliente real. Y hazlo siempre con una estrategia. Si puedes, con profesionales como los que encontrarás en ComunicActiva.